Los refugiados ¿una amenaza laboral?

En Invierte en Tu Descanso hoy vamos a analizar la situación de los refugiados en el mercado laboral. Existe la creencia, por algunas personas, de que los refugiados son una amenaza laboral. ¿Es cierto?

Los conflictos bélicos y las situaciones de desamparo, que sufren ciertas zonas del planeta, abocan a los habitantes de estos lugares a buscar refugio en otros países. Abandonan su hogar con la esperanza de poder comenzar una nueva vida.

Entre la población refugiada encontramos personas de distintos niveles educativos. La situación que se vive en sus países de origen. Con los peligros de muerte asociados a ella, hace que cualquier persona, independientemente de sus estudios, busque un lugar seguro donde refugiarse.

Los refugiados llegan a otros países con la esperanza de poder comenzar una vida nueva. Para ello, es necesario encontrar un trabajo. Son muchas las dificultades que encuentran en su camino. Entre ellas, el idioma, el rechazo, la falta de recursos…Sin ayuda es difícil que puedan conseguir el objetivo de obtener una vida mejor.

Cuesta de enero. Fuente: Rankia

Mitos y falsas creencias sobre los refugiados

Son muchos los mitos y falsas creencias que rodean a los refugiados. Estos mitos hacen que se les considere una amenaza tanto laboral como social. Son muchas las opiniones que señalan a los refugiados como una amenaza laboral. Añadidas a aquellas falsas creencias que apuntan a que los refugiados pueden suponer un foco de contagio de enfermedades, de violencia, delincuencia…

En contra de lo que muchas personas hacen creer. Los refugiados no huyen de sus países porque estén perseguidos por la justicia, o sean delincuentes. Son personas normales, con una vida que se ha visto truncada por la guerra o por regímenes políticos que no permiten unas condiciones de vida dignas. Entre ellos, también encontramos personas con estudios universitarios que no han tenido más remedio que huir de sus países para poder preservar sus vidas.

Oportunidades laborales para los refugiados

Es difícil para los refugiados conseguir un trabajo acorde con su nivel de estudios. En muchos casos no pueden homologar sus títulos y estudios en los países de acogida, para poder ejercer su profesión. La barrera de los idiomas es otra cuestión complicada de superar.

Ante todas estas dificultades, es necesario que los países de acogida aprueben ayudas y una legislación que facilite la integración de las personas refugiadas. Medidas que mejoren el empleo, aumenten la productividad, impulsen el consumo… Con ellas se mejorarán las condiciones laborales y sociales, tanto de la población local como de la refugiada. Cerrar las fronteras no es la solución.

Según un estudio independiente impulsado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el impacto económico que suponen los refugiados será positivo a medio y largo plazo, si se aplican políticas que impulsen la integración laboral de los refugiados. La riqueza de los países aumentará.

En el estudio, también se apunta a que la integración de los refugiados al mercado laboral, revertirá la tendencia al envejecimiento de la población. En países como España, con un sistema de pensiones público enfocado a que los trabajadores en activo contribuyen a pagar las pensiones de los jubilados, y una tasa de natalidad a la baja. Las aportaciones de los refugiados al sistema de pensiones son fundamentales para evitar la quiebra de éste, derivada del mayor envejecimiento.

Es necesario que los gobiernos pongan medidas para ayudar a los refugiados a comenzar una nueva vida. Pero también es necesario que aúnen esfuerzos para solucionar la situación en los países de origen.

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